En Jardins y piscines Jordi queremos darte unos consejos sobre el mantenimiento de su piscina ya que llega el tiempo dónde apremia más que nunca su correcto mantenimiento.
1. DESINFECCIÓN DEL AGUA
La desinfección del agua es uno de los puntos centrales del mantenimiento de piscinas, ya que es un aspecto no siempre visible. El agua puede presentarse aparentemente limpia, pero no estar en condiciones sanitarias óptimas para bañarse. Por esa razón, este es uno de los aspectos a los que deberemos prestar mayor atención, pues no siempre la suciedad del agua nos servirá como aviso.
Las piscinas son un caldo de cultivo de todo tipo de microorganismos. Esto es debido a que cuando nos bañamos, dejamos en el agua sudor y otro tipo de patógenos. Las altas temperaturas, comunes en verano, hacen que la reproducción de dichos microorganismos se realice a gran velocidad.
Es por esa razón que la desinfección del agua es tan importante. Es una tarea, de mantenimiento de piscinas, que conviene que tengas programada para realizar-la semanalmente.
2. EL PH DE TU PISCINA ENTRE 7,2 y 7,6
El pH es un valor que nos muestra cuando una sustancia es básica o ácida. En el agua el pH siempre debe estar en un nivel entre 7,2 y 7,6. De no encontrarse el pH del agua entre estos niveles, nos puede producir irritación en los ojos y la piel, deterioro de materiales, etc. Cuando el pH no se encuentra en unos niveles óptimos perjudica todo el funcionamiento del sistema de desinfección.
Para medir el pH de la piscina tendremos que hacer uso de un medidor de pH. Existen dos tipos, el medidor de pH manual y el medidor de pH electrónico. Ambos funcionan de forma distinta. Con el manual hay que mojar unas tiras que se colorean, y que nos indican el valor del pH. Los electrónicos se introducen en el agua para que nos muestren el valor analizado. El electrónico ofrece resultados más fiables.
Para el control del pH hay distintos accesorios de uso muy sencillo: kits para la medición, tiras para análisis, medidor electrónico, lector digital…
3. EVITA EL CRECIMIENTO DE ALGAS
El crecimiento de algas es uno de los aspectos que trae más dolores de cabeza en el mantenimiento de piscinas. Las algas son muy visibles, rápidamente podrás comprobar cómo el agua va cobrando un color verdoso. Los productos floculantes se emplean para turbiedad del agua, es decir, cuando pierde transparencia es porque hay miles de partículas en suspensión, este producto químico se encarga de aglutinar dichas partículas para facilitar el filtrado del agua.
¿Cómo podemos evitarlas? Si tienes constancia y haces un pequeño mantenimiento, hará que el agua esté en unas condiciones que impidan su aparición.
Para evitar el crecimiento de algas en la piscina hay tres aspectos vitales. El primero sería mantener un correcto nivel de cloro en el agua. El segundo, cepillar las paredes de la piscina al inicio de la temporada e ir cepillándolas durante el año. Y finalmente, mantener el el ph en niveles óptimos.
4. MANTENIMIENTO DEL FILTRO
En el filtro va quedando atrapada toda la suciedad de la piscina. Esta acumulación hace que sea una potente fuente de microorganismos. Por esa razón es de vital importancia el mantenimiento del filtro, ya que de no realizarlo correctamente tendremos una fuente de infección por la que pasará toda el agua de la piscina mediante el sistema de filtraje.
También recomendamos hacer una limpieza del filtro semanal. Recuerda que ahorrarás tiempo y energías haciendo una limpieza del filtro semanal.
5. ELIMINAR GÉRMENES
El cloro es el desinfectante más popular para el tratamiento de una piscina. Sirve para eliminar gérmenes. Además, es una de los tratamientos más efectivos.
Existen productos de los distintos tipos de cloro para el mantenimiento de piscinas. Por ejemplo, el cloro en pastillas solamente es utilizado para realizar el mantenimiento habitual del agua, mientras que el cloro líquido puede servir tanto para el tratamiento habitual como para el tratamiento de choque. Por último, el cloro granulado tiene dos variables: cloro granulado rápido y cloro granulado lento. El rápido no es útil para realizar un tratamiento de choque, mientras que el lento lo usamos para el mantenimiento habitual de la piscina.